Mudarse a Paraná para estudiar una carrera es costoso

Falta muy poco para la finalización de las clases y para muchos estudiantes universitarios significa un alivio, no sólo porque llega un tiempo de descanso, sino porque además tendrán algún gasto menos que afrontar, más allá de que hay costos fijos que no pueden eludir, como el alquiler en el caso de aquellos que son oriundos de otra localidad pero residen durante el año académico en Paraná para estudiar.

En este marco, el ritmo inflacionario, pero sobre todo la alta demanda y la escasa oferta, que se agudizó este mes debido a que se está esperando una definición en torno a la ley de Alquileres, impulsa los precios de la renta de los departamentos de uno y dos dormitorios, y quienes deben renovar un contrato, o los futuros ingresantes que están buscando cerrar uno para mudarse el próximo año, se encuentran con valores que se llevan gran parte del presupuesto mensual del que disponen.

Al respecto, María Paula Armándola, presidenta del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Entre Ríos, comentó a UNO: “La oferta está peor que antes, porque con las declaraciones del presidente electo (Javier Milei) se frenó todo, ya que están todos expectantes a ver qué pasa. Como el índice actual realmente no refleja la realidad inflacionaria que tiene la Argentina y esto atenta contra la rentabilidad, estamos ante una situación de semiparálisis del mercado y hay muy poca oferta, a la par que hay muchas consultas por parte de estudiantes, ya que justo en meses como diciembre, febrero y marzo es donde se da la renovación de ingreso y egreso de las universidades y son los picos de actividad, pero además hay familias e inquilinos en general buscando alquilar”.

El corredor inmobiliario Alberto Marchini Poleri coincidió en que este mes se incrementó la demanda: “Hay consultas de gente del interior que quiere venir a estudiar acá a Paraná. Lo que no hay es tanta oferta”, dijo, y observó: “Lo que se nota por ahí son los bolsillos medio alicaídos de quienes están interesados en alquilar. Se les hace bastante cuesta arriba con el tema de pagar el mes, el sellado y demás costos para ingresar; son cifras que suman. También hay total incertidumbre hoy en nuestra economía, y no se sabe bien cómo va a reaccionar después de las medidas que pueda tomar el nuevo gobierno”.

En cuanto a precios, Armándola mencionó que un departamento chico de un dormitorio o un monoambiente arrancan en los 80.000 pesos como mínimo. Por su parte, Marchini Poleri acotó que algo de un dormitorio, más amplio y bien ubicado, ronda los 160.000 o 170.000 pesos, más expensas y tasas municipales.

Costos cada vez más altos
Candela Menardi es estudiante de la licenciatura en Psicología en la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader) e integra el Centro de Estudiantes y brindó un panorama de lo costoso que es hoy para los estudiantes de otras localidades seguir una carrera en Paraná, siempre hablando de una universidad pública. Al respecto, comentó: “El alquiler de un departamento de una habitación o un ambiente ronda los 100.000 pesos, y de ahí para arriba en muchos casos, sin contar despensas, que muchas veces superan los 10.000 pesos, o los gastos de servicios. Por eso son muy pocos los casos de estudiantes que viven solos; comparten departamento justamente porque los gastos son enormes”.

“Después hay gastos como por ejemplo Internet, más la luz y el gas, que mínimo son unos 15.000 o 20.000 pesos por mes también, obviamente dependiendo del consumo de cada caso. Y a eso después, hay que sumarle la comida”, añadió.

Esta es una cuestión vital en la vida de cualquier ser humano, y en un contexto de marcada inflación, en la Argentina se hace cada vez más costoso comprar alimentos. Una opción para los alumnos regulares es concurrir al comedor estudiantil de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y gracias a un convenio celebrado este año, los de la Uader pagan el mismo precio por el menú, que es de 330 pesos, y no un valor diferencial de 650 pesos, como era antes. Sin embargo, hay un cupo, y Candela aclaró: “El cupo para la Uader es de 100 platos por día, y para lo que es la matrícula de la universidad es muy poco. Además, la realidad es que por lo menos en lo que es la Facultad de Humanidades, no se hace mucho uso del comedor porque las clases son después del mediodía. Así que comemos en nuestra casa”.

Por otra parte, mencionó que en muchos casos las fotocopias se dejan de lado por el tema de los precios. “Ahora no sé cuánto estarán saliendo, pero por ejemplo, a principios de este año, costaba 12.000 pesos el cuadernillo para todo el año de una sola materia, y son varias materias en cada carrera: en mi caso estudio Psicología y por año hay entre siete y ocho materias. Entonces uno termina eligiendo un poco leer en computadora, más que por comodidad, por una cuestión económica”, comentó.

Para quienes tienen que trasladarse en colectivo urbano, la suba confirmada esta semana también impactará en el bolsillo de los estudiantes, cuyo boleto pasa a costar 61 pesos en el caso de los terciarios y universitarios, y 204 pesos el general en caso de no poder tramitarlo a tiempo. Pero además están quienes viajan todos los días desde otras localidades, y sobre este punto, Candela indicó: “Hay muchos estudiantes que vienen de la provincia de Santa Fe, y el boleto cuesta entre 250 y 280 pesos sólo de ida, o sea que son por lo menos 500 pesos por día lo que deben pagar”.

Una ayuda que no alcanza
En su caso, es oriunda de una localidad de la provincia de Santa Fe y alquila en Paraná, donde comenzó su carrera en 2017. “La verdad que es muy difícil este año mantenerse, y por lo menos nosotros hemos notado una deserción estudiantil muy grande, por diversos factores de la facultad misma, pero principalmente por un motivo económico”, manifestó Candela, y sostuvo: “También hay muchos estudiantes que trabajan y que cursan menos materias, porque no les da el horario para las dos cosas”.

Con respecto a las becas, refirió que suelen ser insuficientes ante los altos montos que deben costearse, y cuestionó: “La beca Progresar es la de mayor monto, y hoy en día son 20.000 pesos, que no cubren ni un 10% de lo que se gasta. Después, hay un beneficio económico que es la beca de la UADER, y por lo menos nosotros siempre peleamos por que sea un monto más acorde a la realidad, ya que hoy por hoy son 3.100 pesos, que verdaderamente alcanzan para casi nada. El año pasado estaban pagando 1.500, y eso no nos cubre ni un kilo de yerba. Además, se realizan los pagos atrasados”.

Becas de alquiler
Candela sostuvo que desde el Centro de Estudiantes impulsan un tipo de ayuda que garantice el acceso a un alojamiento para los alumnos que son de otras ciudades y precisó: “Estuvimos hablando de proyectos para presentar referidos principalmente a alguna ayuda, ya sea municipal o de la facultad misma, que sean becas de alquileres”.

“Creemos que es fundamental poder pelear eso, porque encima estamos en una situación en la que no sabemos si la ley se va a derogar o no”, dijo, y opinó: “Creo que la ley de alquileres que está vigente es muy buena, nada más que con los números inflacionarios que manejamos hoy por ahí no se llega a percibir, pero si se llega a derogar la ley y queda acordar a voluntad entre propietarios e inquilinos un monto de alquiler, en nuestro caso siempre vamos a salir perdiendo”.

“La mayoría de los estudiantes alquilamos y el acceso a la vivienda propia lo vemos imposible. Por eso, ese estilo de becas de alquiler sería una ayuda que nos aliviaría mucho”, concluyó.

Fuente: UNO