El Gobierno evalúa la eliminación de un tercio de las obras sociales debido a irregularidades

Gabriel Oriolo, Superintendente de Servicios de Salud, reveló graves irregularidades en el sistema de obras sociales y empresas de medicina prepaga en Argentina. Tras meses de auditorías, se identificó un desorden estructural que afecta la calidad del servicio. La Superintendencia ha encontrado que, de las 661 empresas de medicina prepaga registradas, solo diez tienen inscripción definitiva. Las restantes 651 tienen inscripciones provisionales y, en muchos casos, no han presentado la documentación requerida.

Oriolo informó que 127 empresas no han presentado ningún documento desde su inscripción, lo que llevó a la clausura de 61 de estas entidades. Solo tres respondieron: dos solicitaron baja voluntaria y una intenta regularizar su situación. El proceso de revisión continuará con otras 127 empresas que también han incumplido con la presentación de la documentación solicitada.

Osprera, la obra social para obreros rurales con más de 760.000 afiliados, está en la mira de la Superintendencia. Las auditorías revelaron que más del 70% de sus prestadores no brindaban los servicios prometidos. Además, a pesar de recibir un auxilio financiero de 9,5 millones de dólares el año pasado, la deuda previsional de Osprera creció un 63% y tiene una deuda adicional con hospitales públicos superior a 1.500 millones de pesos. Debido a estos problemas, se ha designado un administrador provisorio para gestionar la intervención.

La Superintendencia también está abordando el problema de la triangulación entre obras sociales y empresas de medicina prepaga, que genera costos adicionales para los beneficiarios sin valor agregado. Oriolo subrayó que uno de los objetivos es asegurar que los aportes de los trabajadores lleguen directamente a la prestación de servicios y no se pierdan en intermediaciones innecesarias.

Además, se enfrenta el problema de las “cajas negras” en el sistema, que contribuyen a costos innecesarios al mantener estructuras de intermediación con pocos empleados que solo gestionan el paso de fondos. La Superintendencia está trabajando para corregir estas distorsiones y mejorar la eficiencia del sistema de salud.