Inédito hallazgo de un fósil de culebra ciega en Barrancas del Arroyo Doll

Investigadores del Laboratorio de Paleontología de Vertebrados del Centro de Investigación Científica y Transferencia de Tecnología a la Producción del Conicet y Uader de Diamante, descubrieron un ejemplar de culebra ciega del Cuaternario.

Científicos de un grupo de investigación de vertebrados del período Cuaternario del Conicet Diamante, en la provincia de Entre Ríos, publicó un trabajo en que dio a conocer la presencia material que permitió reconocer un ejemplar fósil de culebra ciega (Scolecophidia). Se trata del primero en la Argentina y uno de los pocos conocidos para Sudamérica. La vértebra distinguida del animal fue situada temporalmente en el Holoceno, unos 10.000 años atrás, contó Brenda Ferrero, quien, junto a Matías Peralta, integra el equipo que llevó a cabo el estudio. El descubrimiento, “aporta al conocimiento de la fauna de un pasado reciente”, sostuvo la científica, en período de transición “marcado por cambios en el clima y claramente en el impacto en el ambiente. Conocer cómo fue la fauna en aquel pasado reciente nos ayuda mucho a entender la evolución de la fauna actual y su paleo-ambiente”, aseguró, así como puede encontrar claves para descifrar las proyecciones de la actual crisis climática.

Investigadores del Laboratorio de Paleontología de Vertebrados del Centro de Investigación Científica y Transferencia de Tecnología a la Producción (Cicyttp) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader) de Diamante, permitió describir un ejemplar de culebra ciega (Scolecophidia) del Cuaternario. El ejemplar pertenece a un grupo de serpientes que fue previamente reportado en el Cretácico Tardío de Brasil y en el Mioceno de Colombia, y se trata de descubrimiento paleontológico inédito en Argentina, se indicó desde el área de prensa de Conicet.

El descubrimiento fue presentado en la revista Historical Biology y consiste en una vértebra completa aislada de 1 milímetro de largo, que fue encontrada en la barranca del arroyo Doll, en cercanías de la localidad entrerriana de Molino Doll, en el departamento Victoria, en sedimentos que tienen una edad aproximada de 10 mil años.

En diálogo, la paleontóloga Brenda Ferrero, explicó que el trabajo surgió dentro de las líneas del Laboratorio de Paleontología de Vertebrados del Conicet Diamante. “Hace varios años venimos trabajando temáticas vinculadas al período Cuaternario en la provincia de Entre Ríos, fundamentalmente el estudio de los vertebrados. Dentro del Cuaternario hay dos grandes períodos, el Pleistoceno y el Holoceno. Particularmente la viborita ciega que se publicó en el Historical Biology, es un fósil que apareció en unos sedimentos de edad holocena, de aproximadamente unos 10.000 años. Estamos hablando del principio del Holoceno”, apuntó.

En particular, este hallazgo se inscribe dentro de la tesis del becario doctoral, Matías Peralta, licenciado en Biodiversidad de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), que trabaja con los vertebrados del Holoceno en el sudoeste de la provincia de Entre Ríos.

Búsqueda milimétrica

–¿Cómo se realizan este tipo de búsquedas?

–Encontramos una vértebra muy pequeña, que tiene aproximadamente 1 milímetro, y la búsqueda que realizamos es ir al campo, donde sabemos aparecen estas unidades holocenas, en donde es posibles que contenga fósiles, son fosilíferas. Y particularmente trabajamos a una muy pequeña escala. Buscamos a simple vista si se observan fósiles en la barranca y también extraemos sedimentos, de diferentes niveles para tener un control preciso respecto al lugar donde se obtienen. Luego esos sedimentos se llevan al laboratorio, se hace un proceso de lavado y tamizado, con tamices muy pequeños. Cuando ya tenemos el resultado, se hace un procedimiento que se conoce como picking o separación, en donde bajo lupa se va separando lo que es fósil de lo que no es. Para tener una idea estamos hablando de fósiles pequeños, que son fragmentos muy, muy pequeños de 1 a 3 milímetros, de huesos, de muelas, y lo que se halló en este caso fue una vértebra, y a partir de allí comenzó todo el estudio anatómico para poder reconocer a qué grupo en particular pertenece ese ejemplar fósil.

La mayoría de los hallazgos en la paleontología son bastante fortuitos. En general se conoce, se tiene idea de dónde pueden llegar a aparecer, por la geología del lugar. Lo real es que cuando se extraen los sedimentos hay probabilidades que tengan fósiles, pero hasta luego del proceso de lavado y separación, no que se sabe si realmente la muestra del campo contiene o no fósiles. Después el proceso de determinar qué grupo de vertebrados pertenece es una tarea muy ardua, que es lo que realizó Matías (Peralta) todo este tiempo, trabajando con varios grupos taxonómicos. Porque en muestras de fósiles holocenos hemos encontrado de todos los grupos de vertebrados, peces, aves, anfibios, mamíferos y reptiles, como este caso de la viborita ciega. Estamos hablando de ejemplares de muy pequeño tamaño que son importantes para entender cómo era la fauna en ese período en particular, hace 10.000 años atrás.

 

–¿Cuál es la relevancia de este tipo de investigaciones?

–Aporta al conocimiento de la fauna de un pasado reciente, en un momento muy importante en términos globales, porque se da en un período transicional, en el cambio de una edad a otra, entre el Pleistoceno al Holoceno. Es un período de transición, marcado por cambios en el clima y, claramente, en el impacto en el ambiente. Conocer cómo fue la fauna en aquel pasado reciente nos ayuda mucho a entender la evolución de la fauna actual. Además, nosotros venimos trabajando de manera multidisciplinaria, con geólogos, con paleontólogos, que trabajan en otros grupos, como hongos, plantas y diatomeas, que ayudan a comprender cómo era el ambiente pasado, lo que nosotros decimos el paleo-ambiente, el ambiente antiguo. Y también a entender cómo se dan esos cambios en un marco más amplio, para justamente entender cómo era la fauna en el pasado, cuáles eran los requerimientos, qué otros elementos eran parte de ese ambiente –que eran ambientes fluviales–, y nos ayuda a entender cómo fue cambiando hasta el establecimiento del actual.

Detalles
De acuerdo a la información aportada de la investigación, se apuntó que el nivel de preservación del ejemplar y el trabajo comparativo realizado permitió ajustar la determinación del fósil al nivel de género, algo poco frecuente en trabajos previos donde se han reportado restos fósiles de este grupo de serpientes. El género Epictia (Leptotyphlopidae) presenta algunas especies vivientes que actualmente se encuentran distribuidas en el centro y norte de Argentina.

Además del reporte y descripción del fósil, el análisis comparativo realizado con especies vivientes de Argentina permitió determinar y describir características morfológicas que serían de utilidad para identificar restos fósiles a nivel familiar o incluso genérico. El trabajo de investigación permite afirmar a Peralta que «la vértebra encontrada tiene cerca de un milímetro de largo, lo que revela el valor del esfuerzo metodológico del trabajo realizado».

El descubrimiento del ejemplar fósil se enmarca en proyectos financiados por el Conicet y por la Agencia I+D+i, todos bajo la dirección científica de Brenda Ferrero, con el objetivo del estudio faunístico y paleoambiental del Cuaternario del sur de la Mesopotamia Argentina, lo cual es parte del trabajo de Matías Peralta, quién señala que «además de los proyectos mencionados, el plan de mi tesis doctoral –junto a otros proyectos de carácter más geológicos–, buscan generar un marco de conocimiento del clima y los ambientes imperantes en el pasado que puedan servir como herramienta para predecir futuros escenarios en el marco del cambio climático global y devenido en una crisis climática».

Fuente: Eraverde / El Once