Ocho de cada diez profesionales jóvenes aseguran que no consiguen trabajo por falta de experiencia
Miles de profesionales jóvenes en Argentina cuentan con formación académica, pero carecen de experiencia en trabajos formales, eso dificulta que las organizaciones puedan verlos como potenciales candidatos.
Un informe de Adecco y la ONG Cimientos reveló que para 83,2% de los jóvenes profesionales el principal desafío pasa por la exigencia de experiencia previa. Es justamente esa condición la que les impide encontrar empleo.
“Lo paradójico es que la generación de talentos que tienen entre 25 y 30 años son altamente capacitados a nivel académico, ya que muchos han realizado carreras universitarias e incluso cursos intensivos complementarios a través de plataformas educativas digitales, cuya popularidad aumentó durante la pandemia”, contó a este medio Ezequiel Palacios, director asociado de Glue Executive Search.
“Pero también es una generación que no priorizó realizar experiencias laborales como pasantías, que solían ser la puerta de entrada a las grandes empresas”, agregó Palacios.
Jorge Colina, de la consultora Idesa, dijo a Infobae que el problema de la falta de experiencia se consolida incluso desde la educación secundaria. “El desencuentro se produce porque en las escuelas secundarias no hay educación para el trabajo ni hay contacto entre las empresas y los alumnos. Si bien está la posibilidad de hacer pasantías, ninguna escuela se mueve para que eso ocurra. Eso les permitiría tener un primer contacto institucional con las empresas, les daría experiencia, les quitaría el miedo de ir a pedir un trabajo y les permitiría disminuir ese desencuentro”, apuntó el especialista.
Claramente la falta de experiencia no es un problema menor. Un estudio de Bumeran (Jobint), reveló que 9 de cada 10 reclutadores argentinos prioriza la experiencia laboral por sobre la formación académica al momento de elegir un talento.
“Los especialistas en recursos humanos anteponen la experiencia porque creen que proporciona los conocimientos necesarios para cubrir los puestos. La experiencia es evidencia concreta de resultados previos en el trabajo y demuestra autonomía y capacidad para enfrentar desafíos laborales”, explicaron analistas de la firma.
En este ccontexto, a los empleadores se les dificulta conseguir mano de obra calificada. De hecho, las empresas argentinas afirman que contratar talento jóven se ha tornado en un gran desafío.
Según un informe de Manpower, en la actualidad el 76% de los empleadores argentinos tiene inconvenientes para encontrar perfiles que se adecúen a sus búsquedas.
La opción de trabajar fuera del país
Ante la falta de oportunidades, miles de jóvenes profesionales buscan oportunidades fuera de la Argentina. La Fundación SM hizo una encuesta que muestra que los problemas que más afectan a los jóvenes argentinos son la incertidumbre frente al futuro (45%), la situación económica (35%) y la educación (31%). El 58% ha pensado en vivir en otro país para tener más oportunidades laborales (32%) o para mejorar su calidad de vida (18 por ciento).
Por su parte, un relevamiento de Flacso en 2023 detecctó que “la gran mayoría de jóvenes sienten emociones negativas frente al futuro: el 44% lo ve con incertidumbre, y el 13% con pesimismo”.
Según expertos, uno de los motivos detrás de estos indicadores radica en una generación de jóvenes, generalmente de entre 25 y 30 años, que tras obtener su título universitario opta por emigrar en busca de nuevas experiencias. Como resultado, muchos terminan desempeñándose en áreas laborales que distan considerablemente de su formación académica.
“Frente a la brecha cambiaria y el contexto económico del país, es probable que un jóven talento priorice trabajar en el exterior por un tiempo antes de hacerlo en una empresa localizada en Argentina, por más que su trabajo en el exterior no sea de su profesión. Por esta razón, las empresas deben competir por el ‘pool de talentos’ ofreciendo paquetes de remuneración con beneficios empresariales, como puede ser flexibilidad en la modalidad laboral, oferta de posgrados académicos y bonos por rendimiento. También es una generación que valora mucho el denominado ‘salario emocional’”, comentó Palacios.
Dentro de este paradigma, Ezequiel Palacios hizo mención de los denominados ‘nómades digitales’, quienes en su mayoría son jóvenes profesionales que trabajan para empresas localizadas en el exterior de forma remota y acceden a salarios en monedas más fuertes, mientras aprovechan para viajar por el mundo. “En este caso, el joven talento logra cumplir su objetivo de viajar y vivir un tiempo afuera, pero también engrosa su experiencia laboral”, analizó.
¿Qué pasará con los ejecutivos del mañana?
Muchos especialistas remarcan que en perspectiva, esta situación podría afectar aún más a las empresas, ya que será más complicado conseguir ejecutivos que lideren los equipos más importantes de las organizaciones.
“Lógicamente, es poco probable que los talentos de entre 25 y 30 años obtengan posiciones ejecutivas. Sin embargo, las empresas esperan que puedan tomar un rol de liderazgo dentro de ciertos equipos, en especial, aquellos relacionados a la implementación de nuevas tecnologías, como la Inteligencia Artificial. Estos jóvenes talentos son los ejecutivos del mañana y es importante que empiecen a tomar un papel protagónico en el mundo empresarial”, sostuvo Palacios.
Sin embargo, este fenómeno no se limita solo a la Argentina y trasciende fronteras. Según un estudio de Randstad y la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), el 75% de las empresas del mundo encuentran dificultades para contratar perfiles profesionales que se adecúen a lo que necesitan.
Esta temática está siendo analizada incluso académicamente. La escuela de negocios de Harvard publicó un artículo de Jennifer Jordan y Mahwesh Khan, autores referentes en el management, en el que proponen la creación de “directorios en las sombras” integrados por jóvenes que participan de algunas reuniones con el directorio real.
Los autores afirman que las empresas que pusieron en práctica este mecanismo reportan un “win-win” generacional, ya que los más experimentados tienen acceso a nuevas perspectivas, mientras los más jóvenes aprenden las complejidades que supone el liderazgo y la toma de decisiones.
La preocupación por la inserción de los jóvenes en el mundo laboral es compartida por las distintas generaciones y por organizaciones de todo el mundo. “Este es un desafío que tenemos que asumir, y que la experiencia internacional nos ayuda a abordar con mayores probabilidades de éxito”, concluyó Palacios.