El Gobierno desmanteló medidas de protección al sector textil y desató críticas de los industriales

En un contexto de caída del consumo de indumentaria y reducción de sus precios relativos, los industriales textiles criticaron la desregulación del Gobierno en cuanto a importaciones y aseguraron que se desmantelaron las “medidas necesarias para evitar la evasión fiscal, controlar maniobras de sobre y subfacturación en las operaciones de comercio exterior y resguardar la competencia leal”.

Puntualmente, desde la Fundación ProTejer mencionaron 4 medidas eliminadas recientemente que consideraban imprescindibles para la protección de la industria:

  • el fin del estampillado verde para los productos que ingresan desde el exterior,
  • el fin de los valores de referencia para las exportaciones
  • se eliminaron los valores criterio para las importaciones; y
  • no se utilizarán veedores externos en los despachos de importación.

En detalle, los valores criterios son precios de referencia establecidos en base al agregado de valor y a un análisis cuantitativo de los precios de comercialización en el mercado internacional, de igual manera los valores de referencia de exportación. Con esas herramientas, según ProTejer, la Aduana podía verificar que sean operaciones a precio de mercado, evitando maniobras de sobre o subfacturación.

Respecto a los veedores de aduana, se destaca que eran profesionales que las entidades del sector privado podían enviar para presenciar y comprobar el cumplimiento de los procedimientos y normas en una operación comercial, lo que indican que generaba una mayor transparencia institucional.

Luego de la oficialización de dichas medidas, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, afirmó que “se verán favorecidas las pequeñas y medianas empresas, porque hasta ahora solo se beneficiaba “a la casta en forma explícita. Este era un típico ejemplo del sobrecosto argentino, pero las resoluciones de la AFIP van a mejorar el tipo de cambio”.

En contraposición, los industriales destacaron que son regulaciones que se implementan, se expanden y se perfeccionan cada vez más en todas las aduanas del mundo, países desarrollados y en desarrollo.

El anuncio se suma a una serie de decisiones del Poder Ejecutivo que incluyen:

  • la eliminación de canal rojo de fiscalización aduanera,
  • eliminación del control de la normativa de etiquetado en Aduana,
  • derogación de la Declaración Jurada de Composición de Producto, y
  • falta de reglamentación de la Ley de Talles.

“Todas medidas necesarias, no solo para preservar condiciones de competencia, sino también para garantizar la suficiencia y veracidad de la información al consumidor de productos textiles, que muchas veces sufre las consecuencias de la omisión y adulteración de información relevante para su seguridad y salud. Debemos nuevamente advertir que la facilitación del comercio no puede imponerse sobre regulaciones cuyo fin sea resguardar condiciones justas de competencia y el cuidado al consumidor”, consideraron desde la entidad presidida por Luciano Galfione.

Asimismo, la entidad sostiene que “al contrario del relato del Gobierno, estas medidas no reducen el sobrecosto a la producción argentina, sino que generan más desequilibrios, exigiendo a quien invierte y genera empleo en el país, condiciones que no serán controladas para los importadores”.

Por su parte, el presidente de la Cámara Argentina de la Indumentaria, Claudio Drescher, criticó: “Más que desregulaciones son desorientaciones del Gobierno. Nosotros estamos en desacuerdo con todo tipo de proteccionismo y pensamos que la economía argentina tiene que estar integrada al mundo, pero estas medidas, en vez de ser modernas y generar un avance, provocan un retroceso”.

“Es muy importante una administración del comercio inteligente. No tener precios de referencia es un absurdo ya que se pueden importar prendas a cualquier valor, incluso menor al costo, porque son sobrantes que han pasado varios procesos de liquidación y no se venden. Son directamente precios de descarte, ridículos. Las empresas usan países periféricos para vender prendas inservibles, que les molestan en los depósitos, a precio vil. Entonces ocupan un espacio en el mercado con precios irreales que no corresponde”, subrayó.

También, Drescher se refirió al impacto medioambiental negativo de esas mismas compañías: “Lamentablemente el fast fashion produce miles de millones de prendas que son innecesarias para el mundo, con lo cual ahí tenemos un tema vinculado a la sustentabilidad y al nivel de contaminación por la fabricación de productos de corta vida y baja calidad. Hay empresas además que tienen denuncias de trabajo infantil y esclavo”.

En tanto, Pro Tejer precisó en un informe: “Muchos afirman que la apertura comercial explica la caída de precios. Se considera que durante el gobierno pasado (2020-2023) la ropa era cara y aumentaba su precio porque la economía estaba cerrada. Pero 2020-2023 fue récord de importaciones, a pesar de la restricción externa, superando la gestión de Macri de mayor apertura comercial relativa. Crecieron las importaciones y aumentaron los precios. Entre enero y agosto de 2024, cayeron las importaciones con caída de precios”.

En este sentido, destacaron que entre enero y agosto de 2024 las importaciones de manufacturas textiles descendieron a 116.237 toneladas, lo que representa una caída de 33% respecto de las 174.682 toneladas ingresadas en igual período del año previo.

Efecto sobre los precios al consumidor
Por su parte, Daniel Schteingart, director de Planificación Productiva de Fundar, explicó: “El Gobierno viene apuntando una agenda de desregulaciones y facilitación de importaciones que va a tener un impacto bajista en los precios. Lo que sucede es que toda esta agenda de apertura comercial se está llevando a cabo sin compensar a los sectores productivos locales, como podría ser una baja de impuestos para ser más competitivos o una reducción de costos laborales no salariales. A lo cual se suma la apreciación cambiaria y un entorno recesivo con baja demanda. Esas cuestiones van a ser obviamente que el escenario para la producción local sea complicado”.

Y adelantó algunas cuestiones que se reflejan en un documento que el think thank lanzará la próxima semana: “La tendencia de los precios de la ropa en Argentina en los últimos 23 años fue muy anómala contra la media mundial y las altas barreras a la importación son un factor muy importante en esa trayectoria, aunque no el único. Claramente facilitar las importaciones ayuda a revertir esa tendencia. Lo que nosotros planteamos de todos modos es que hay que hacerlo con criterio y en un contexto de crecimiento para que sea más suave el impacto”.