Registros akáshicos: qué son y qué hay que saber antes de una lectura

Los Registros Akáshicos son una memoria universal de la existencia, y representan un espacio multidimensional dónde se archivan todas las experiencias del alma, incluyendo todos los conocimientos y las experiencias de las vidas pasadas, la vida presente y las potencialidades futuras.

Es como una gran biblioteca de información energética sobre todo aquello que fue, que es o que será en el universo, del cual todos somos parte.

Hay personas que se especializan en esta materia y adquieren la capacidad de proporcionar al paciente un mapa sobre sus registros akáshicos mediante una lectura.

Los especialistas que saben leer registros akáshicos aseguran que este sistema energético contiene:

  • Todas las potencialidades que el “Alma” posee para su evolución en esta vida,
  • La verdadera razón de ser de cada persona, y el sentido de la existencia,
    Todos los aprendizajes y lecciones pendientes y
  • Las respuestas a sus grandes preguntas y curiosidades de su vida.

El adjetivo akáshico proviene del término sánscrito “Akaśa”, que significa ‘éter’. Es espacio o energía cósmica que penetra en todo el universo y es el sutil vehículo que transporta el sonido, la luz y la información, las bases constituyentes de la energía y de la vida.

En esencia es una finísima sustancia que baña el universo, en la que se recogen todos los pensamientos, todas las palabras emitidas, emociones sentidas y acciones cometidas por las personas a lo largo de los tiempos. Por eso frecuentemente se lo llama también “El Libro de la Vida”. Existe para el plano individual, planetario y universal con diferentes frecuencias vibratorias.

Es la matriz de todo de dónde surge la cristalización del espíritu o el “Akash”, la sustancia primordial, que son estos famosos registros. De allí se logra nacer hacia distintas realidades álmicas para tener experiencias que facilitan la evolución, el aprendizaje de las conciencias.

Esos “archivos”, al abrirlos mediante una lectura, nos conectan con esa parte de nosotros que es en realidad parte del Todo.

Los Registros Akáshicos aparecen además bajo distintos nombres en grandes civilizaciones de la historia como la egipcia –que las conoce como “Tablas de Thoth”-, en la islámica (la Tabla Eterna) e incluso en la maya.

Las escuelas y expertos en esta materia aseguran que se puede acceder a estos registros mediante la energía que baja de “Maestros” y “Guías”. Se trata de maestros, profesores y seres queridos espirituales que acompañan a una persona y que son capaces de traducir la información que ésta necesita para evolucionar en su búsqueda de paz, bienestar y autocomprensión.

 

¿Qué es y para qué sirve la lectura de registros akáshicos?

La lectura de Registros Akáshicos es una técnica que ayuda a las personas a conocerse a sí mismos, con el fin último de ser más felices y encontrar paz interior. Permite conectar con la memoria (los registros) de nuestra propia alma.

En una lectura de estos “archivos”, las personas formulan las preguntas a las que buscan respuesta para resolver problemas que los afectan, y el lector canalizará esas consultas a los guías de esa persona. Los guías son los que proveen la información que la persona necesita para evolucionar y encontrar un mayor estado de bienestar.

Por eso es importante llegar al momento de la lectura habiendo pensado de antemano las preguntas que queremos formular. En ese marco, son menos útiles las preguntas que se responden con un simple “si” o “no”.

Es más importante preguntar “¿por qué?” y averiguar los motivos de aquello que nos aqueja, el “¿cómo?” podemos resolverlo. Es decir, las preguntas más útiles en una lectura comienzan con “qué”, “por qué” y “cómo”.

Los guías no pueden responder preguntas sobre “cuándo” ocurren, ocurrieron u ocurrirán ciertas cosas. No son adivinos del futuro. Y en la medida en que habitan en este plano esencial que abarca conocimiento y la conciencia colectiva de toda la historia, el tiempo es una noción que no tiene sentido en este tipo de práctica.

Durante la lectura se puede preguntar cualquier duda o cuestionamiento que tenga que ver con nuestro propio autoconocimiento. Es decir, se pueden consultar temas laborales, de salud, sentimentales, de talentos o dones, de bloqueos, sueños y pesadillas, vínculos con otras personas, proyectos de todo tipo, etc.

Quienes practican este tipo de lectura aseguran que puede servir para desbloquear ciertos aspectos de la vida de esa persona que se encuentran trabados (a nivel laboral, sentimental, etc.) o incluso para descubrir dones heredades de vidas pasadas o el significado de sueños recurrentes.

Muchas veces puede ocurrir que el guía no responda directamente la pregunta pero envíe una información que, puesta en contexto, sea mucho más valiosa para descubrir qué está atravesando la persona que lo consulta y cómo puede resolverlo.

Como el objetivo es encontrar el bienestar, la lectura no implica que quien realiza la consulta pase por una situación estresante o de temor. Por el contrario, se busca que pueda entender qué es lo que le pasa, cómo solucionarlo o evitar que le vuelva a ocurrir.

Pero los guías no son los encargados de decirle a la persona que busca sanación lo que debe hacer para encontrarla. Son acompañantes en este camino, pero dejan que aprendan las lecciones por si mismos. Pueden orientar para entender las cosas que ocurren y el porqué, de manera que la persona pueda superar sus problemas con mayor facilidad y con el menor sufrimiento posible.

 

¿Se puede aprender a leer los registros akáshicos?

Quienes hayan atravesado una o varias veces la experiencia de apertura de sus registros akáshicos, probablemente lo encuentren útil y quieran profundizar en el estudio de esta materia.

Existen diferentes técnicas para sentirse mejor mediante la apertura de registros akáshicos y la elección es muy subjetiva: depende de cada persona. No hay recetas preestablecidas sobre las maneras de superar problemas o lograr un buen vínculo con uno mismo.

También es importante remarcar que hay una multiplicidad de especialistas, escuelas y espacios que enseñan a las personas estas técnicas que conectan con la memoria del alma.

Por eso, más allá de concurrir a un especialista para que le practiquen una lectura, cualquier persona puede atravesar el primer nivel de formación en esta materia y aprender así a leer sus propios registros akáshicos.

En un segundo nivel de formación, se puede aprender a realizar una lectura de los registros de otros seres, siempre que se cuente con su debida autorización. Y el tercer nivel, que requiere de mucha práctica y estudio, es el de Maestría, y permite a quienes llegan a esta instancia iniciar a otras personas en esta práctica de lectura de los archivos de la materia universal.