Murió uno de los dueños del Banco de Entre Ríos. Tenía 99 años y era uno de los hombres más ricos de la Argentina
A los 99 años, falleció el ingeniero Enrique Eskenazi, titular del Grupo Petersen, ex accionista de YPF y dueño de una de las mayores fortunas de la Argentina, con una fuerte presencia en la construcción, las finanzas y la energía.
Eskenazi había nacido el 4 de agosto de 1925 en la ciudad de Santa Fe. Se graduó como ingeniero químico en la Universidad Nacional del Litoral y a pesar de su juvenil militancia socialista, eligió a los Estados Unidos para completar sus estudios en ingeniería de alimentos, primero en el Research Department of Continental Can Corp. y después en el Illinois Institute of Technology.
Su carrera profesional se inició en el grupo Bunge y Born y en 1980 ingresó como gerente en la constructora Petersen, Thiele & Cruz SA., de la que al poco tiempo se convirtió en accionista controlante. A partir de la década de ‘90, ya al frente de su compañía, lideró un proceso de transformación y expansión de sus negocios incursionando en otros sectores estratégicos, como el de los servicios urbanos, la agroindustria, la energía y el sector financiero, lo que derivó en la conformación del actual Grupo Petersen.
Ejerció la presidencia, entre otras empresas, de la constructora Petersen, Thiele & Cruz, y de los bancos San Juan, Santa Cruz, Santa Fe y Entre Ríos, que continúan siendo el principal foco de sus negocios y lo convierten al grupo en uno de los diez principales jugadores del sistema financiero argentino. Según estimaciones de Forbes, el patrimonio de la familia Petersen ronda los US$1150 millones.
Su nombre saltó a las tapas de los diarios cuando en 2007 ingresó como accionista de YPF, en ese entonces la mayor empresa de la Argentina, en una controvertida operación que fue bendecida por Néstor Kirchner.
En 2008, el grupo español Repsol le vendió un 14.9% de las acciones de YPF, sin que los Petersen tuvieran que hacer prácticamente ningún desembolso. Petersen Energía -una sociedad conformada en España y controlada por el grupo argentino- recibió un préstamo de US$ 1018 millones de un consorcio de bancos internacionales y otro por US$1015 millones de Repsol, en un esquema conocido como “vendor’s loan”, mientras que los Petersen pusieron un poco más de US$100 millones.
Para cancelar el préstamo con Repsol, los españoles le permitieron a la familia que fueran usando hasta el 90% de las utilidades de la petrolera. A la hora de explicar la operación, el entonces presidente de Repsol, Antonio Brufau, dijo que Eskenazi había sido elegido “por su experiencia en mercados regulados”.
Al frente de YPF, fue nombrado Sebastián Eskenazi, uno de los cinco hijos que tuvo Enrique Eskenazi con Hazel Sylvia Toni Storey.
En 2011, el grupo Petersen sumó un 10% adicional de YPF, aunque un año después el gobierno de Cristina Kirchner decidió avanzar con la estatización de la petrolera. La operación fue impugnada ante la Justicia y en 2023 un fallo judicial condenó a la Argentina a pagar US$16.000 millones por la expropiación. El argumento de la Justicia fue el que gobierno argentino no había respetado el estatuto de YPF que exigía la igualdad de oferta en la adquisición de acciones de todos los socios. El juicio fue iniciado por Petersen Energía, aunque en 2015 la empresa argentina le vendió los derechos para litigar contra la Argentina al fondo inglés Burford Capital.